A mucha gente le gusta leer libros fantásticos, de intriga o de aventuras porque mientras los leen, se evaden de la realidad y se ponen en la piel de personajes con vidas emocionantes y totalmente distintas a las de la gente corriente. A mí de vez en cuando también me gusta leer este tipo de libros, pero, sin duda alguna, el tipo de literatura que más me gusta es el que trata sobre la vida de personas normales. Sólo con ese tipo de libros logro emocionarme de verdad hasta el punto de que, cuando termino de leerlos, no me olvido tan fácilmente de sus personajes; se quedan durante un tiempo en mi cabeza como si hubieran existido realmente en mi vida.
Esto es exactamente lo que me ha pasado con Tokio Blues, una novela que quería leer desde hacía tiempo y que no me ha decepcionado lo más mínimo. El argumento del libro se desarrolla en Japón, pero en realidad eso no tiene demasiada importancia, ya que lo que les sucede a los personajes perfectamente podría ocurrirles en España o en cualquier otro lugar. Una galería de personajes, a mi parecer nada convencionales, te va atrapando poco a poco, descritos en primera persona en un extenso flashback por parte del protagonista.
Una novela sobre temas universales (la muerte, el amor, el sexo…) tratados de un modo especial que no sabría definir con exactitud. Y sobretodo, una novela sobre la soledad, sobre lo difícil que resulta a veces encontrar tu sitio en el mundo, y sobre la delgada línea que separa la felicidad de la depresión y la autodestrucción.